"El incendio habÃa devorado árboles y una planicie de rastrojos secos, de zarzas resecas, árboles que habÃan sido forzados a crecer para cumplir un ciclo -ahora habÃa tan sólo viento-. Isaltino de Jesús se sentó en un muro mientras que él, que habÃa preferido permanecer un poco más en el sitio donde habÃa sido encontrado el cadáver, ensuciaba sus pies entre montÃculos de ceniza tibia y restos de leña ardida. Tampoco le gustaban los incendios, ni los accidentes que tenÃa que investigar antes de que comenzaran los crÃmenes del verano".
Autor: Francisco José Viegas
Precio: $30,000