n la actual fase del sistema capitalista, el modelo extractivo minero se ha convertido en una actividad humana depredadora con alto impacto ambiental, territorial, social, polÃtico, económico, cultural y sobre los bienes comunes naturales. Este modelo goza de una dimensión global y una estrategia transnacional que busca aprovechar la alta demanda internacional por minerales que tienen los paÃses centrales y de las grandes economÃas emergentes, quienes han puesto la mirada en los paÃses periféricos para alimentar su industria y aumentar su capital. entre los paÃses periféricos, se encuentran los paÃses latinoamericanos y caribeños, dentro de los que se encuentra Colombia, que han apostado por orientar o basar sus economÃas en proyectos extractivistas minero-energéticos, lo cual está afectando las agendas sociales y el respeto por los derechos fundamentales de sus connacionales, a favor de los intereses de las multinacionales minero-energéticas. Hay investigaciones sobre minerÃa, que permiten afirmar que no basta con decidir que se excluyan zonas del paÃs de la extracción de los recursos mineros y energéticos, o con la pretensión de legalizar la minerÃa informal; tampoco basta con enarbolar un no rotundo a la explotación minera en Colombia cuando es un hecho que, por diversas razones - la subsistencia o el ánimo de lucro -, esta sigue avanzando sin control adecuado del estado. El análisis no puede perderse de vista que en Colombia se han configurado históricamente proyectos de pequeña y mediana minerÃa que, sin embargo, no tienen cabida en el actual modelo minero el cual privilegia la minerÃa a gran escala, impulsada fundamentalmente por las empresas multinacionales. En el Municipio de Marmato existen tensiones entre estas escalas de actividad minera que se ha visto exacerbadas por el rol que está jugando el Estado a favor de los intereses de las multinacionales.
Autor: MarÃa Rocio Bedoya Bedoya
Precio: $30,000